Daniele Thompson recaló en el compositor italiano Nicolas Piovani, digno sucesor de Nino Rota, para que escribiera la música de su película.
Siete temas que nos traen a la memoria la sonoridad, el tono y el espíritu de la música italiana para el cine, entre otros, valses brillantes y joyas magnificamente orquestadas por Laurent Petitgirard quien dirige a la Orquesta de Colonia. Hay que añadir, dos estractos de oberturas clásicas de Beethowen y Liszt interpretadas al piano.
La banda sonora de este film se completa con algunas canciones que hicieron furor en los 60 y 70, de Charles Aznavour, Juliette Gréco y Gilbert Becaud.
De este ultimo, L'important c'est la rose:
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